
El término misofonía , que proviene de las palabras griegas misos (odio) y phónè (sonido), describe el rasgo característico de esta afección: una marcada aversión o rechazo a sonidos específicos. La misofonía se enmarca en la categoría más amplia de la tolerancia reducida al sonido (DST) y se caracteriza por reacciones emocionales y fisiológicas desproporcionadas a ciertos estímulos auditivos. Estos "sonidos desencadenantes" suelen incluir ruidos producidos por el ser humano, como masticar, tragar, respirar y relamerse los labios.
Además, sonidos no humanos como escribir, hacer clic o crujir pueden evocar respuestas igualmente intensas. Estas reacciones varían desde una leve incomodidad hasta una agitación severa, afectando significativamente la calidad de vida del individuo.
PREVALENCIA Y PERSPECTIVA GLOBAL
La prevalencia de la misofonía varía considerablemente entre las distintas poblaciones, lo que pone de relieve su complejidad y los desafíos que supone estandarizar su diagnóstico. A nivel mundial, las estimaciones de prevalencia oscilan entre el 4,6 % y el 54 %. En India, estudios han puesto de manifiesto su impacto en la población más joven. Por ejemplo, investigaciones realizadas en diversas universidades revelaron una tasa de prevalencia del 15 % al 34,67 % entre estudiantes de secundaria y posgrado. Estas cifras subrayan la necesidad de una mayor concienciación e intervenciones específicas.
La misofonía suele asociarse con afecciones audiológicas y psiquiátricas. Comúnmente coexiste con hiperacusia y tinnitus, así como con trastornos de salud mental como ansiedad, depresión, trastornos del estado de ánimo, trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y trastorno de estrés postraumático (TEPT). Por ejemplo, las investigaciones indican que el 60 % de las personas con tinnitus y el 23,9 % de las que presentan hiperacusia presentan síntomas de misofonía. Estas coincidencias sugieren mecanismos y vías comunes, aunque las relaciones exactas aún se desconocen.
Fundamentos teóricos y perspectivas neurofisiológicas
El origen de la misofonía puede ser multifactorial, con componentes genéticos, neurofisiológicos y ambientales. Estudios sugieren que la misofonía podría tener una base genética, con predisposiciones que podrían transmitirse a través de líneas familiares.
Además, se ha propuesto el condicionamiento clásico pavloviano como un mecanismo en el que un sonido neutro se asocia con una respuesta adversa a través de emparejamientos repetidos.
Los estudios de neuroimagen ofrecen una comprensión más profunda de la afección. Las personas con misofonía presentan una mayor actividad en las regiones cerebrales asociadas con el procesamiento sensorial, como la corteza auditiva, así como en áreas vinculadas con la regulación emocional, como el sistema límbico. Estos hallazgos concuerdan con los modelos neurofisiológicos que sugieren que la misofonía implica una alteración de las interacciones entre el sistema auditivo, el límbico y el autónomo. Dichos modelos plantean la hipótesis de una alteración de la compuerta sensorial, en la que el cerebro no filtra los estímulos auditivos irrelevantes, e implican vías auditivas no clásicas en la fisiopatología de la afección.
Desafíos diagnósticos y limitaciones actuales
A pesar de su creciente reconocimiento, la misofonía aún no ha sido clasificada oficialmente en los principales sistemas de diagnóstico como el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, o la Clasificación Internacional de Enfermedades. Esta falta de reconocimiento formal tiene implicaciones significativas para el diagnóstico y el tratamiento.
Los primeros esfuerzos para definir la misofonía como un trastorno psiquiátrico específico fueron liderados por Schröder et al., quienes propusieron criterios diagnósticos iniciales. Estos fueron revisados posteriormente por Dozier et al., lo que refleja los esfuerzos continuos por refinar la comprensión clínica de la afección. Sin embargo, la ausencia de criterios universalmente aceptados complica el proceso diagnóstico, aumentando el riesgo de diagnósticos erróneos o desestimación de las preocupaciones del paciente, particularmente en casos graves sin soluciones estandarizadas.
Desde una perspectiva audiológica, la situación es igualmente compleja. Los procedimientos de evaluación actuales carecen de estandarización y pocos protocolos audiológicos abordan la misofonía. Los investigadores han desarrollado diversos cuestionarios para evaluar la gravedad de la misofonía, pero estas herramientas no se han implementado ni validado ampliamente en diversas poblaciones.
HALLAZGOS AUDIOLÓGICOS E IMPLICACIONES
La investigación sobre las características audiológicas de la misofonía revela hallazgos intrigantes. La audiometría tonal no suele mostrar diferencias significativas en los umbrales de conducción aérea u ósea entre personas con y sin misofonía. De igual manera, las evaluaciones de la función coclear y del sistema auditivo eferente, como las que utilizan otoemisiones acústicas, indican resultados comparables entre personas afectadas y no afectadas.
La audiometría de alta frecuencia extendida tampoco revela diferencias significativas en los umbrales de alta frecuencia, aunque las anomalías en la percepción de la sonoridad pueden exacerbar los síntomas. Los niveles de sonoridad incómodos reducidos (UCL) son consistentes en individuos con misofonía, lo que sugiere características superpuestas con hiperacusia. Además, los casos graves de hiperacusia pueden mostrar asimetría del oído en los UCL, lo que complica aún más el cuadro diagnóstico.
Los estudios de respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR) presentan resultados dispares. Si bien algunos hallazgos sugieren una sincronía neuronal normal hasta las regiones del tronco encefálico, otros apuntan a variaciones en el procesamiento neuronal. Estudios de potenciales evocados corticales indican una disminución de las respuestas N1 en personas con misofonía, lo que podría reflejar un deterioro del procesamiento auditivo a nivel cortical. Estos hallazgos subrayan la importancia de una investigación audiológica rigurosa para desentrañar los complejos mecanismos subyacentes a la misofonía.
Enfoques de gestión y tratamiento
A pesar de su efecto debilitante, las opciones de tratamiento para la misofonía siguen siendo limitadas y en gran medida experimentales. Las intervenciones audiológicas, como la Terapia de Reentrenamiento del Tinnitus (TRT), han demostrado ser prometedoras. Este método combina la terapia de sonido con el asesoramiento para ayudar a las personas a habituarse a los sonidos desencadenantes.
La terapia cognitivo-conductual (TCC) es otro enfoque potencial que aborda los componentes emocionales y conductuales de la misofonía. Los pacientes y los cuidadores también prefieren las modificaciones del estilo de vida, incluidas las estrategias de cancelación de ruido activa y pasiva. Sin embargo, estas intervenciones no son universalmente efectivas, lo que destaca la necesidad de marcos de tratamiento más sólidos y basados en evidencia.
El papel de los audiólogos en el tratamiento de la misofonía
Los audiólogos desempeñan un papel fundamental en la identificación, evaluación y manejo de la misofonía. Sin embargo, persisten importantes lagunas en el desarrollo de protocolos audiológicos estandarizados. Es crucial establecer criterios diagnósticos claros y herramientas de evaluación adaptadas a los entornos audiológicos. Además, la formación de audiólogos en enfoques interdisciplinarios, como la TCC, podría mejorar la eficacia de las estrategias de tratamiento.
La misofonía abarca los ámbitos de la audiología, la neurología y la psiquiatría, y requiere un enfoque colaborativo y multidisciplinario. La investigación continua es esencial para profundizar nuestra comprensión de sus mecanismos subyacentes y desarrollar intervenciones específicas. Con estos avances, los audiólogos pueden desempeñar un papel más proactivo en el alivio de la carga de la misofonía, mejorando así los resultados para las personas afectadas por esta compleja afección.
Avances y financiación para la investigación de la misofonía
En los últimos años se han producido avances significativos en la comprensión y el tratamiento de la misofonía. Estos avances son posibles, en gran parte, gracias al apoyo de la Fundación para la Investigación de la Misofonía. La fundación ha desempeñado un papel fundamental en la financiación de estudios pioneros, el fomento de la colaboración entre investigadores y la sensibilización pública sobre esta afección. Se anima a los lectores e investigadores a visitar el sitio web de la fundación, www.misophoniaresearchfund.org , para obtener más información sobre los últimos avances y la investigación en curso en este campo.
Además, soQuiet es una organización sin fines de lucro dedicada a apoyar a personas con misofonía. Su objetivo es crear conciencia mediante la defensa de la misofonía, la educación y la participación comunitaria. Además, soQuiet ofrece becas de investigación a estudiantes de posgrado de todo el mundo que realizan estudios sobre misofonía, misocinesia* y trastornos sensoriales relacionados. Puede encontrar más información en su sitio web: https://www.soquiet.org/ .
*misokinesia
La misocinesia es una condición marcada por una fuerte respuesta emocional o fisiológica negativa a la vista de movimientos realizados por otras personas, como inquietud, temblores de piernas, giros del cabello y otros.
Estos esfuerzos resaltan el papel fundamental que desempeñan las organizaciones dedicadas a promover el conocimiento científico y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por enfermedades difíciles como la misofonía.
En conclusión, la misofonía representa una interacción fascinante y compleja entre el procesamiento auditivo, la regulación emocional y las respuestas fisiológicas. Si bien nuestra comprensión ha aumentado significativamente en las últimas dos décadas, aún queda mucho por hacer. El camino a seguir reside en la investigación rigurosa, la colaboración interdisciplinaria y el establecimiento de protocolos estandarizados de diagnóstico y tratamiento. Al abordar estos desafíos, los audiólogos y otros profesionales de la salud pueden ayudar a encontrar soluciones eficaces para quienes padecen esta enigmática afección.
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