Os compartimos un estudio muy interesante en el que se demuestra que la pérdida auditiva y el envejecimiento afectan negativamente a la capacidad de entender el habla en ruido, una consecuencia que sólo en parte es debida a la hipoacusia.
Es por eso que, a cierta edad, tenemos que ser realistas con respecto a los resultados de la adaptación de audífonos en situaciones complicadas, haciéndose recomendable la realización de rehabilitación auditiva para sacar el máximo partido, dentro de los límites posibles. Por lo tanto, no tenemos que hacer caso a los 'cantos de sirenas' y ser más realistas. ¿Son necesarios los audífonos?, por supuesto, pero siempre comunicando al paciente que en ciertas ocasiones será inalcanzable volver a oír como en la juventud.
El estudio
Los objetivos de este estudio fueron establecer si el envejecimiento reduce la inteligibilidad del habla para los sujetos sin pérdida auditiva y, de ser así, evaluar cómo contribuye a ello el procesamiento auditivo temporal y los procesos cognitivos.
Para el estudio participaron veintiún pacientes mayores con audición normal (60-79 años) con umbrales audiométricos normales; y se compararon con nueve participantes jóvenes (18-27 años) también normoyentes.
Después de varias pruebas de identificación de habla con diferentes tipos de enmascaramiento (ruidos de fondo), los resultados sugieren que las disminuciones en la percepción del habla en las personas mayores, son causadas en parte por cambios cognitivos y perceptivos, independientemente de los cambios producidos con la edad por la pérdida auditiva o presbiacusia.
implicaciones del estudio
A pesar de las muchas evidencias que demuestran que la edad afecta a diversos aspectos de los procesos auditivos y cognitivos, muchos estudios investigaron las consecuencias de la hipoacusia en la percepción auditiva sin tener en cuenta grupos experimentales diferenciados por edades. Comparaban jóvenes normoyentes con ancianos adaptados con audífonos. En consecuencia, es probable que muchos resultados publicados sobreestimen los efectos de la pérdida auditiva según lo medido por el audiograma, y necesitan ser "corregidos" con el efecto de la edad.
Igualmente, esta precaución se tiene que aplicar a muchos estudios sobre el envejecimiento, en los que sí se han tenidos en cuenta los grupos de edad, y no se han controlado los umbrales auditivos, a pesar de la clara evidencia de que las diferencias en los umbrales audiométricos pueden dar lugar a diferencias en la identificación del habla.
Por lo tanto, son dos factores que se han de tener en cuenta en conjunto: envejecimiento y pérdida auditiva.
¿Hacia dónde nos dirigimos?
El uso del audiograma como principal medida clínica del estado de la audición, y el uso del término diagnóstico "presbiacusia" para referirse a "pérdida auditiva relacionada con la edad", reflejan la asunción de que las dificultades de procesamiento del habla de las personas mayores están principalmente relacionadas, y son predecibles, a partir del audiograma. Sin embargo, los datos aquí publicados confirman y amplían la evidencia que se ha venido arrastrando durante varias décadas, mostrando que, incluso cuando el audiograma es normal, los déficit en el procesamiento central auditivo y cognitivo son omnipresentes en la población mayor, y están asociados con una pobre discriminación del habla. Esto pone de manifiesto la necesidad de ampliar la evaluación audiológica más allá de las pruebas de audición de tonos puros, y de diseñar intervenciones de rehabilitación eficaces para las dificultades de la percepción del habla en los oyentes mayores, que apuntan no sólo a la disfunción periférica mediante amplificación específica de frecuencias a través de audífonos, sino también a los cambios relacionados con la edad en las funciones auditivas y cognitivas centrales, mediante la provisión de programas de entrenamiento perceptivo auditivo, entrenamiento centrado en los procesos y estrategias cognitivas, y el enriquecimiento de los procesos cognitivos en general.
El uso de un enfoque transversal en la mayoría de los estudios sobre el envejecimiento, excluye la posibilidad de determinar el momento de inicio de los cambios en los sistemas auditivo y cognitivo del adulto. Varios estudios recientes han utilizado un grupo de edad intermedia para examinar si los déficit relacionados con la edad ya están presentes en la edad adulta. A través de estos estudios podríamos determinar, con muestreos continuos a lo largo de toda la vida adulta, el momento exacto del comienzo del deterioro cognitivo y de la trayectoria del declive a lo largo de la edad adulta.
Conclusiones
En conjunto, los resultados muestran que, incluso en ausencia de pérdida auditiva medida por el audiograma, la identificación del habla en ruido disminuye con la edad. Tanto la identificación de fonemas como de frases fueron más pobres para los participantes mayores, pero posiblemente no por las mismas razones.
Estos hallazgos indican la necesidad de pruebas clínicas además del audiograma al evaluar la audición de las personas mayores, y confirman la necesidad de tener en cuenta la edad en los estudios que examinan los efectos de la pérdida auditiva.
Christian Füllgrabe, Brian C. J. Moor2 y Michael A. Stone
MRC Instituto de Investigación de la Audición, Nottingham, Reino Unido
Departamento de Psicología, Universidad de Cambridge, Cambridge, Reino Unido
School of Psychological Sciences, Universidad de Manchester, Manchester, Reino Unido
Central Manchester NHS Hospitals Foundation Trust, Manchester, Reino Unido
Centro Auditivo Cuenca
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